jueves, 11 de abril de 2013

Mis primeros libros

Todavía puedo ver claramente la primera vez que mi viejo me compró un libro.
En realidad fueron tres.
Estaban por empezar las clases y me llevó a la Librería Ramos a comprar los útiles. ¡A la Librería Ramos! ¡Todo un acontecimiento!
Lo estábamos pasando mal, había poca plata, mi viejo trabajaba todo el día, por la mañana en la Empresa y por la tarde en el taller mecánico, pero ese día se hizo un rato para llevarme al centro de Quilmes.
Yo estaba feliz, satisfecha.
Y llegamos. Sobre una mesa había una oferta, $1.50 el paquete de tres libros envueltos en celofán.
¿¡Cómo pedirle que me compre esos libros!? Y casi sin mirarlo, lo tironée despacito de la camisa de trabajo y en un susurro, y le dije:
-Pá, ¿me comprás éstos?-
Se dio vuelta y apenas miró la mesa.
-Sí, traé los que quieras.-
¡Qué alegría! Ya los tenía en la mano, un tesoro.
-¿Cuando los termines de leer me los contás, te parece?- Me dijo.
Mis primeros libros fueron "El Príncipe y el Mendigo", "La Vuelta al Mundo en Ochenta Días" y "Aquellas Mujercitas".
Desde ese día nunca dejé de leer y mi viejo nunca dejó de comprarme libros. Aunque en la mesa sólo hubiera arroz con puré.

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