lunes, 20 de abril de 2015

El día que se acabaron las flores. Introducción.

Esta es la historia de Adela, la historia de Adela y de su familia, podría decir.
Y está basada en una historia real, ella es real.
El resto de los personajes también son reales aunque he cambiado sus nombres.
Escuchando las anécdotas de Adela siempre me pregunté cómo es que alguien, que desde que quedó viuda a los 48 años, tuvo una vida que sólo transcurrió entre las cuatro paredes de su casa y algún paseo por la calle peatonal Rivadavia para comprar medias y calzones y cada tanto zapatos, tiene tantas cosas para contar.
No podía dejarlas al viento y por eso las dejo escritas aquí.
Esta es la breve historia de Adela, la iré redactando en pequeños capítulos, a medida que vaya recogiendo de los jirones de memoria que se superponen entre los momentos de pérdida y lucidez, de alegría y de dolor, y pueda ubicarlos en el tiempo en el que transcurrieron.
Estoy segura de que alguna parte de esta historia camina también por mi sangre, transformada en herencia.

Andrea Viglietti.

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